Cigarrillo electrónico: ¿El vapor del encuentro?

De la misma manera que – años atrás – fumar era considerado “canchero”, hoy existe un nuevo consumo y un nuevo
término de moda entre jóvenes y adolescentes: vapear. El vapeo, como se conoce al consumo del cigarrillo electrónico, abrió una grieta entre quienes lo consideran como algo beneficioso y quienes advierten por sus potenciales riesgos.

Buscando dar cuenta de este debate e instalar el tema para quienes no lo conocen, el Hospital Italiano presenta las voces de los profesionales de esa institución que están siguiendo el tema.

 

¿Es inocuo? ¿Hace mal?

Sacar el tema, hablarlo, sin prohibir

Entrevistaron a la Dra. María Carolina Berttini, del Dpto. de Pediatría, quien atiende y trabaja con adolescentes en escuelas. Sus reflexiones sobre un consumo que se les presenta a los chicos como natural y moderno, el rol de los adultos y el papel social de la experimentación en esta etapa de la vida.

 

¿Una nueva forma de adicción?  “Nosotros, los pediatras, lo estamos viendo, nos están preguntando más sobre esto en los últimos dos años. La pregunta es si esto es inocuo, si no hace mal. Quizás accede al cigarrillo electrónico cierta clase social media o alta, hacen una vaquita entre los jóvenes y compran uno para vapear entre todos a la salida del colegio. Está relacionado con el compartir, con probar un chiche nuevo, en apariencia no tóxico ni para mí ni para el otro”, comienza destacando.

“En el adolescente, a diferencia del adulto, no se usa para dejar de fumar, es un uso recreativo. Alguien que no tenía el hábito comienza a vapear con nicotina, otras sustancias o, incluso, marihuana. Todo esto convoca, es un encuentro, no es lo mismo que en el adulto que se compra este dispositivo para intentar dejar de fumar tabaco.”

Un mercado libre y desconocido. “Lo empezamos a incorporar a la consulta, en la entrevista con el adolescente. Además de si fuman, le preguntamos si vapean. Uno intenta explicarles qué es y ponemos énfasis en que no se sabe lo que estás consumiendo porque no hay una regulación del producto, hay esencias caseras. Es un mercado negro, un mercado libre. Si bien hay marcas importadas, también están las truchas.”

 

¿Quién lo consume y por qué? “No están en la misma situación ante el cigarrillo electrónico un adolescente que un fumador crónico que hace 20 años no puede dejar su adicción, no se comparan. El nivel de impacto en el cerebro de empezar a consumir nicotina o marihuana a los 15, 16 años es diferente a un adulto. Es más probable que desees más de una sustancia si la probás a esta edad que de más grande, por como repercute en tu sistema de recompensa cerebral. Te deja más enganchado que en un adulto”, enfatiza la Dra. Bertini.

“Hace poco hicimos una actividad con padres de jóvenes adolescentes en un colegio y les planteamos la consigna: ‘mi hijo quiere que le de plata para comprar un cigarrillo electrónico porque es más sano que el de tabaco ¿es mejor que fume eso?’ Y nos respondían que, si bien pensaban que no era algo bueno, no tenían argumentos para sostenerlo.”

 

Ejercitando el pensamiento crítico. “El primer paso que tenemos que dar nosotros ante algo tan nuevo es preguntar, llevarlo a la consulta, a los encuentros en los colegios. ¿Quién te dijo que es inocuo? ¿De dónde obtuviste información sobre el tema? Y es nuestro rol como adultos, tanto nosotros como los padres, ayudar a los jóvenes a discernir de dónde proviene la información, con qué intereses se promocionan determinados productos. Para llegar a una conclusión que aliente el ejercicio del pensamiento crítico, una herramienta social que les va a servir durante toda la vida. Y para que, cuando te pasen el cigarrillo electrónico, puedas pensar si es o no tan sano, decir
yo no quiero”, concluye.

 

El vapeo, un consumo que crece

– Se estima que, a nivel mundial, más de 400.000 jóvenes mayores de 18 años ya lo consumen. Es habitual ver a alguien “vapeando” en espacios públicos en los que el tabaco está prohibido. El riesgo, afirman los profesionales, es creer que este consumo es totalmente inocuo. ¿Y cuántos menores también acceden a este consumo?

– Las redes sociales y los influencers. Son un poderoso medio para promocionar este consumo y muchos youtubers (jóvenes populares que suben a diario videos y cuentan con miles de seguidores) los promocionan.

– La industria ya vio el negocio. Los fabricantes de estos dispositivos desarrollan productos modernos, con diseños atractivos y conexión a dispositivos digitales. Y dentro de los infinitos sabores que existen (desde barbacoa hasta picantes) predominan los más dulces, que atraen a los chicos.

 

Se ha instalado socialmente no solo como moda, sino también como un elemento asociado a la atracción tecnológica o, en algunos casos, al consumo de cannabis.

 

«Es un tema preocupante por la cantidad de demanda de los pacientes”

El Dr. Guillermo Espinosa, director del programa GRANTAHI y presidente de la Sociedad Argentina de Tabacología, se refirió al tema en un foro organizado en el mes de agosto por el Dpto. De Investigación del Hospital.

 

La historia del cigarrillo electrónico. “No es nuevo, sino que ya existe desde 1960. Surge como elemento sustitutivo del cigarrillo común: Fue patentado como un medio más seguro para fumar. Pero, en el año 2003, las farmacéuticas modifican los dispositivos para hacerlos muy parecidos a un cigarrillo tradicional. El término vaper o vapeador fue modificado por las tabacaleras para crear un producto mucho más atractivo y disociarlo del consumo de tabaco y nicotina, pero las asociaciones médicas seguimos llamándolo por su nombre: cigarrillo electrónico.”

“Los pacientes buscan la solución mágica y creen que el cigarrillo electrónico se los permitirá sufriendo lo menos posible. Pero la pregunta que hay que hacerse a uno mismo antes de realizar cualquier tratamiento es: ¿Quiero dejar de fumar?”

 

El marco legal en Argentina. “La ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) prohíbe su uso y sostiene que no hay evidencias de seguridad y eficacia. La regulación en nuestro país todavía es muy pobre. Si bien algunos productos cumplen con todas las normas de seguridad, su proliferación ha avanzado mucho más rápido, produciendo accidentes en dispositivos sin regulación o de mala calidad. El Ministerio de Salud también ha comunicado que si bien su uso es una realidad, no existen pruebas suficientes para afirmar que ayude a dejar de fumar.”

¿Funciona para dejar de fumar? “Comparado con otros métodos (placebo o sin nicotina) algunos pacientes sí han logrado reducir el tabaquismo tradicional, pero reemplazando la adicción por la del cigarrillo electrónico. Frente a otros métodos como el parche de nicotina u otros sustitutos no es más eficaz. Son pocas las personas que lo han utilizado y han dejado de fumar totalmente, la mayoría quedan con un consumo dual: alternan cigarrillo común y electrónico.»

 

Los componentes del cigarrillo electrónico

– Esencias concentradas (artificiales o naturales). Contienen fragancias atractivas para los consumidores. En esos productos saborizados – que pueden generar toxicidad y de los que existen más
de 7000 – se incorporan también las sustancias que generan adicción, como la nicotina o la marihuana

-Propilenglicol. Es la sustancia que hace visible el humo o vapor que liberan los cigarrillos electrónicos. “Su consumo puede producir irritación en los ojos, la garganta y el sistema respiratorio. Con el tiempo, incrementa el daño tanto en quienes lo consumen como en los que están expuestos habitualmente. Algunos estudios informan que incluso existen nuevas patologías como la neumonitis lipoidea asociadas a los dispositivos electrónicos,” sostiene el Dr. Espinosa.

 

Fuente: Revista Aprender Salud – Noviembre 2019

 

Alerta Epidemiológico (8 de noviembre de 2019)

Ante la aparición del primer caso de lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillo electrónico y el brote en investigación en EEUU, la Secretaría de Gobierno de Salud insta a los equipos de salud a implementar la vigilancia epidemiológica del evento según las directrices emanadas del presente alerta; realizar educación sanitaria a la comunidad acerca de los riesgos de consumir cigarrillos electrónicos y asesorar sobre los métodos aprobados y efectivos para dejar de fumar.

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