Síndrome Urémico Hemolítico: Argentina tiene los índices más altos
Con el objetivo de generar conciencia sobre el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) y la forma de prevenirlo se ha establecido el 19 de agosto como Día Nacional de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico, a través de la Ley 26926.
La Argentina tiene el índice de casos de SUH más alto a nivel mundial, ya que se registran alrededor de 300 a 500 por año y se estima una prevalencia de uno de cada 100 mil habitantes. Afecta principalmente a niños menores de 5 años, siendo la primera causa de insuficiencia renal aguda en edad pediátrica y la segunda de insuficiencia renal crónica. Provoca el 20% de los trasplantes renales en niños y adolescentes.
En la mayoría de los casos, la enfermedad es provocada por infección con Escherichia coli productor de toxina Shiga (STEC). Este grupo de bacterias se transmite principalmente al ingerir alimentos contaminados y por el contacto con ganado y sus heces. Se contagia a través de alimentos que no están correctamente higienizados o carnes mal cocidas.
Los grupos de riesgo son los chicos y los adultos mayores, que tienen el sistema inmune deprimido. Los adultos también pueden contaminarse, pero su organismo está más preparado para resistir la bacteria.
«Desde el minuto cero, la toxina hace estragos en el organismo, sobre todo para los chicos menores de cinco años. A menudo, cuando podemos detectar la infección, el cuadro ya está avanzado», afirma la licenciada Laura Romano del Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas.
Romano destacó que «lo fundamental es la prevención» y recomendó: «en primer lugar, hay que cocinar la carne hasta que esté completamente marrón. No jugosa ni con el centro rojo. Tiene que estar totalmente cocida, superando los 70 grados, que es la temperatura que mata la bacteria. Y después lavando bien las frutas y verduras antes de consumirlas».
Los síntomas a los que hay que prestar atención están relacionados con una diarrea muy fuerte, que excede el tiempo normal en que se cursa un malestar estomacal de este tipo. Luego a medida que avanza la infección hay vómitos, dolor abdominal y fiebre.
«Hay tratamientos, pero la consulta con el profesional ante el menor síntoma es clave. Es una enfermedad que daña severamente la función renal. No todos los casos terminan en diálisis o transplante, pero en muchos de ellos los riñones se ven afectados para toda la vida», explicó Romano.
Consejos para prevenir y prestar atención:
–Cocinar completamente la carne. Sin centro rojo ni «juguito»
–Cuidado con la carne picada. También es peligrosa porque al estar procesada la bacteria permanece en todo el producto.
–Los embutidos como las salchichas y las morcillas también es preferible consumirlos cocidos. -No comprar jugos en la calle ni consumir lácteos no pasteurizados.
–Lavar bien las verduras y frutas con agua segura. Si no es posible, se puede hervir el agua por 3 minutos y luego usarla para cocinar o bien usar agua a la que agregamos dos gotas de lavandina por litro, esperamos 30 minutos y luego ya podemos lavar las verduras y alimentos allí.
-La contaminación cruzada no es solo un asunto de mesada. También puede darse en la heladera. Hay que separar la carne de las verduras para evitar el goteo de líquidos al descongelar.
-Lavar utensilios de cocina con agua caliente y jabón. En especial si los usamos primero para las carnes y luego para cortar los alimentos que consumimos crudos.
-Es fundamentar el lavado de manos después de ir al baño, antes y después de cocinar, después de manipular carnes crudas, después de cambiar pañales, etc.
-Las comidas rápidas: la Sociedad Argentina de Pediatría recomienda que los menores de 2 años eviten las comidas rápidas. «Nosotros lo hacemos extensivo a todos los chicos, no solo por el aspecto nutricional sino porque son carnes procesadas. Si bien hay puntos críticos de control, se potencia el riesgo de una contaminación en el proceso de cocción o al nivel de la cadena de frío», concluyó la especialista.
Fuente: Diario Uno
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