Infecciones por hongos: piel, uñas y pelo

¿En qué consiste?

Las infecciones fúngicas representan la invasión de los tejidos por una o más especies de hongos. Estas infecciones pueden ser localizadas y de tipo superficial o afectar a tejidos más profundos, pudiendo producir infecciones pulmonares graves, infecciones de la sangre (septicemia) o enfermedades sistémicas. Algunos de estos hongos son oportunistas mientras que otros son patógenos, causando enfermedad en función de si el sistema inmunitario está sano o no.

Los hongos son uno de los cuatro grupos principales de microorganismos (bacterias, virus, parásitos y hongos). En la naturaleza pueden estar en dos formas: como levaduras unicelulares o como mohos filamentosos ramificados. Algunos son dimórficos – cambian de una forma a otra en función de su entorno. Mientras que las levaduras no pueden apreciarse a simple vista, el moho puede observarse en forma de manchas borrosas en la fruta madura o en el pan seco, en la ducha, o como setas que crecen en un tronco podrido. Aunque existen más de 50000 especies de hongos en el medio ambiente, menos de 200 están asociadas con enfermedades en el hombre. De éstas, sólo entre 20 y 25 especies causan infecciones.

La mayoría de las infecciones por hongos se producen por la exposición a una fuente que los contiene, como las esporas existentes en las superfícies, el aire, el suelo, o en los excrementos de las aves. Generalmente, hay un déficit del sistema inmunitario en el organismo y/o la persona proporciona un «buen entorno» para el crecimiento de los hongos. Aunque cualquier persona puede tener una infección por hongos, algunos grupos de población presentan un riesgo aumentado de presentar este tipo de infecciones y sus recurrencias. Entre estos grupos se encuentran las personas transplantadas, los individuos con VIH / SIDA, aquéllos que están recibiendo tratamiento quimioterápico, y aquéllos con una patología subyacente como diabetes o enfermedades pulmonares.

Las infecciones fúngicas pueden producirse en la superfície de la piel o en los pliegues así como en otras zonas que se mantienen calientes y húmedas por la ropa y el calzado. También pueden aparecer en el lugar de una lesión, en las membranas mucosas, los senos, y los pulmones. Estas infecciones activan el sistema inmunitario del organismo, pudiendo causar inflamación y daño tisular, y en algunas personas llegan a provocar una reacción alérgica.

Muchas de estas infecciones quedan limitadas a una pequeña zona, como entre los dedos de los pies, pero otras pueden extenderse por toda la piel y/o penetrar en tejidos más profundos. Las infecciones que se inician o se extienden hacia los pulmones pueden pasar a la sangre y llegar a todo el organismo. Algunas de las infecciones superficiales por hongos pueden resolverse por sí solas, pero la mayoría de las que son más graves requieren atención médica y de tratamientos largos. Las que se desarrollan en el interior del organismo normalmente son las más graves y, si no se tratan, pueden causar daños permanentes y en algunos casos llegar a ser mortales. Afortunadamente, son pocas las infecciones fúngicas que pueden transmitirse fácilmente entre personas, por lo que lo habitual es que sólo afecten a la persona infectada.

Las infecciones por hongos pueden clasificarse en función de la parte del cuerpo que resulta afectada, por el grado de penetración en el mismo, por el organismo causante de la infección, y por la forma(s) que adopta el hongo. Algunos organismos pueden causar tanto infecciones superficiales como sistémicas.

 

Infecciones fúngicas superficiales de la piel, uñas y pelo

Las infecciones fúngicas superficiales pueden ser causadas tanto por hongos en forma de levadura como en forma de moho. En condiciones normales, en la piel existe una mezcla de microorganimos llamados flora normal que no causa ninguna patología ni representa ningún estímulo para el sistema inmunitario. Pero si se produce una lesión en la piel o existe algún trastorno en el sistema inmunitario, entonces cualquiera de los microorganismos presentes puede ser el responsable de una infección en la herida o en la propia piel. Si se altera el equilibrio que los distintos microorganismos mantienen entre ellos, como una disminución de las bacterias presentes junto a un aumento del crecimiento de los hongos (en ocasiones a consecuencia de la administración de antibióticos de amplio espectro), el individuo puede sufrir una infección fúngica asociada a este desequilibrio.

 

Infecciones por levaduras

La candidiasis es una infección por levaduras muy común debida principalmente a la proliferación de Candida albicans y de otras especies de Candida, que forman parte de la flora normal. En la boca, las candidiasis causan enrojecimiento y la aparición de unas manchas blanquecinas. En los bebés, las infecciones por candida pueden provocar la dermatitis del pañal. En mujeres, pueden causar prurito genital y flujo vaginal, lo que se conoce como «candidiasis vaginal». Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), casi el 75% de las mujeres tendrá al menos una infección por levaduras a lo largo de su vida. Las candidiasis también son responsables de muchas otras infecciones, incluyendo las de las uñas, y pueden convertirse en sistémicas, especialmente en personas inmunodeprimidas. Actualmente, representa una de las causas más frecuentes de infección adquirida en el hospital.

 

Infecciones fúngicas (dermatofitosis)

El pie de atleta, la tiña inguinal, y las infecciones fúngicas de las uñas son infecciones frecuentes que pueden transmitirse entre personas. Estas infecciones fúngicas pueden causar enrojecimiento, exfoliación, ampollas, descamación de la piel, picor, deformación y fragilidad de las uñas afectadas, y cabello quebradizo. Este tipo de infecciones son causadas por dermatofitos, un grupo de hongos donde se incluyen las especies Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton. Los dermatofitos se alimentan de queratina y raramente penetran bajo la piel. Las infecciones causadas por este tipo de hongos también se conocen con el nombre de tiña.

-El pie de atleta (tiña del pie o tinea pedis) se localiza entre los dedos de los pies y algunas veces cubre la parte inferior del pie

-La tiña inguinal (tinea cruris) puede extenderse desde la ingle hasta la parte interna del muslo

-La tiña del cuero cabelludo y el cabello (tinea capitis) afecta al tallo del cabello, principalmente en niños

-La infección del dedo o de la uña (tinea unguium) afecta típicamente a las uñas de los dedos de los pies pero también puede afectar a las de las manos

-La tiña del cuerpo (tinea corporis) puede localizarse en cualquier parte del organismo

-La tiña de la cara (tinea barbae) aparece en la zona de la barba

 

Otras

La tiña versicolor se asocia con manchas o lesiones en la piel multicoloreadas y no está causada por un dermatofito sino por una levadura, la Malassezia furfur. Es una enfermedad frecuente en adultos jóvenes. La esporotricosis es una enfermedad causada por el hongo Sporothrix schenckii, que no es un dermatofito. Es una infección de la piel y del tejido subcutáneo difundida por plantas espinosas, hojas de los pinos y el musgo, lugares donde este hongo suele habitar. Algunos hongos asociados a infecciones sistémicas, como Coccidioides immitis y Blastomyces dermatitidis, también pueden causar erupciones o lesiones cutáneas.

 

Pruebas de laboratorio

En este tipo de infecciones se pueden utilizar diferentes pruebas de laboratorio como ayuda en el diagnóstico y para la elección del tratamiento.

Pruebas para infecciones superficiales

Muchas infecciones fúngicas de la piel se diagnostican a través de una evaluación clínica y de la propia experiencia del médico. Además de los síntomas generales, muchas infecciones dérmicas tienen signos característicos, como la aparición de infección en las uñas y en otros lugares típicos del organismo -como el pie de atleta, entre los dedos de los pies. Sin embargo, a través de la evaluación clínica no se puede conocer el hongo causante de la infección. Por esta razón, algunas pruebas de laboratorio pueden ser útiles para detectar y confirmar una infección fúngica, y pueden servir de ayuda para la elección del tratamiento. Entre las pruebas se incluye:

-Examen microscópico

-Cultivo de hongos y pruebas de susceptibilidad

 

Fuente: labtestsonline.es

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