Candidiasis vulvovaginal
La candidiasis vulvovaginal (CVV) es una micosis que constituye una frecuente causa de infección vaginal de la mujer en edad fértil.
Se estima que el 75% de las mujeres sufrirá un episodio a lo largo de la vida, mientras que el 45% desarrollará más de un episodio (1). Asimismo cerca del 5% de las mujeres presentará un cuadro más grave, conocido como candidiasis vulvovaginal recurrente (CVV recurrente), diagnosticado cuando suceden cuatro o más episodios al año (2).
Las CVV es causada generalmente por levaduras del género Candida. Se estima que, en promedio, el 20% de las mujeres sanas asintomáticas está colonizada por esta levadura (3). Existen más de 100 especies de Candida que son patógenas para el hombre. La mayoría de ellas vive como comensal en la piel, en el tracto gastrointestinal y/o en el aparato reproductor, esperando el momento propicio para que aumente su población y generar molestias. Es decir, son patógenos oportunistas que se manifiestan cuando el equilibrio de la flora se altera por algún factor.
Los principales factores predisponentes para el cambio de la condición patogénica de la levadura, de CVV asintomática (colonización) a CVV sintomática comprenden: a) causas locales (prendas ajustadas, hábitos higiénicos); b) enfermedades (diabetes no controlada, inmunosupresión); c) tratamientos médicos (antibióticos, anticonceptivos orales) y d) gestación (4).
La CVV se puede clasificar como no complicada (80 a 90%) y complicada (10 a 20%). En el primer caso se trata de un cuadro leve o moderado, con molestias esporádicas o infrecuentes y el agente etiológico más probable es Candida albicans ocurriendo generalmente en mujeres no inmunodeprimidas. En el segundo caso, el cuadro clínico suele ser más severo, las infecciones generalmente son ocacionadas por especies no albicans y el huésped puede ser que se encuentre inmunológicamente comprometido5.
La CVV recurrente es un problema que frecuentemente aparece en la práctica clínica. El cuidado de estas pacientes se complejiza debido a tratamientos inadecuados producto de un diagnóstico incompleto. Tradicionalmente se ha considerado que no es necesario aislar e identificar Candida spp de pacientes con CVV, ya que C. albicans constituiría la etiología en el 85 – 90 % de los casos. Sin embargo, actualmente las especies no albicans (C. glabrata, C. parapsilosis, C. tropicalis y C. krusei) se aíslan en pacientes con CVV sintomática y asintomática con mayor frecuencia. Por tal motivo adquiere relevancia el diagnóstico microbiológico de la CVV para llegar hasta la identificación de especie en todos los casos y realizar de rutina las pruebas de sensibilidad a los antifúngicos de uso frecuente. Su importancia radica en que las especies no albicans presentan menor susceptibilidad in vitro al fluconazol y a otros compuestos azólicos, o exhiben resistencia intrínseca como en el caso de C. krusei.
El diagnóstico microbiólogo de CVV comprende la determinación del pH vaginal, microscopía, tinciones específicas y cultivo en medios selectivos y enriquecidos de secreción vaginal. Respetar este algoritmo contribuye a evitar el sobrediagnóstico de la patología; muchos cuadros clínicos diagnosticados como CVV en función de las características de las secreciones vaginales corresponden a flora habitual u otra patología.
Además del diagnóstico de rutina nuestro laboratorio dispone de pruebas diagnósticas complementarias tales como la identificación de levaduras y la prueba de sensibilidad a antifúngicos (antimicograma). Estos últimos tienen importancia en el establecimiento de una terapia adecuada especialmente en los casos de CVV recurrente y/o fracasos terapéuticos.
La CVV constituye un problema relevante para el sistema de salud por su frecuencia de aparición y dificil tratamiento en algunos casos. Actualmente se dispone de prácticas de laboratorio imprescindibles para un adecuado diagnóstico clínico y la instauración de un tratamiento antifungico óptimo, que mejorará la calidad de vida de las mujeres.
Autor: Dra. María Victoria Elorza
Referencias:
(1) Ferrer J. Vaginal candidosis: epidemiological and etiological factors. Int J Gynecol Obstet 2000; 71:S21–27.
(2) Cararach Tur M y otros. Vulvovaginitis candidiásica recurrente. Prog Obstet Gineco 2013; 56 (2):108–116.
(3) Barrenetxea Ziarrust G. Vulvovaginitis candidiásica. Rev Iberoam Micol 2002; 19: 22-24.
(4) Issier J. Infecciones del tracto genital inferior. Revista de Posgrado de la Cátedra VIa Medicina 2001; 102: 21-38.
(5) Briseño Hanon H. Candidiasis Vulvovaginal Recurrente. Nuevos protocolos terapéuticos. Archivos Médicos de Actualización en Tracto genital Inferior [AMATGI] 2012; 3 (6): 12.
Fuente: Fares Taie
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