Día Mundial de la Sepsis, 13 de septiembre
La Alianza Mundial contra la Sepsis dice que no se está haciendo lo suficiente para frenar la sepsis, una de las complicaciones clínicas mortales más prevalentes pero mal diagnosticadas, y designada como una prioridad mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2017.
A pesar de la resolución unánime en mayo de 2017 de la Junta Ejecutiva de la OMS y la Asamblea Mundial de la Salud para mejorar, prevenir, diagnosticar y controlar la sepsis a través de una serie de acciones dirigidas a países desarrollados y en desarrollo de todo el mundo, en la mayoría de los países todavía no se han implementado programas educativos integrales sobre prevención, identificación y manejo de la sepsis.
La sepsis, comúnmente conocida como «septicemia«, es la afección potencialmente mortal que surge cuando la respuesta del cuerpo a la infección da como resultado una disfunción o fallo orgánico. La sepsis a menudo se confunde con otras afecciones en sus etapas iniciales, lo que puede producir un retraso en el reconocimiento de los signos y síntomas que conducen rápidamente al fallo multiorgánico y, en última instancia, a la muerte. La sepsis debe tratarse como una emergencia sanitaria porque cada retraso en el diagnóstico y la administración eficaz de antimicrobianos o en la adopción de otras medidas apropiadas aumenta la tasa de mortalidad por hora.
La OMS se ha fijado como objetivo que la incidencia de la sepsis, la principal causa de muertes evitables, disminuya, en al menos, un 20% para el año 2020. Se trata de un objetivo alcanzable en todos los países si promovemos activamente la prevención, el diagnóstico temprano, el uso racional de fármacos y la monitorización eficaz del paciente.
Con motivo del Día Mundial de la Sepsis el 13 de septiembre, Global Sepsis Alliance insta a todas las naciones, con el apoyo activo de la OMS, a coordinar y alinear las prácticas de control y prevención de infecciones, así como a reducir la incidencia de resistencia a los antimicrobianos. Si bien cualquier persona puede padecer sepsis, los recién nacidos, los niños y los ancianos resultan especialmente vulnerables.
En países ricos en recursos con sistemas de salud consolidados, la sepsis afecta a entre 500 y 700 personas por 100.000 habitantes, según los nuevos datos de los Estados Unidos y Europa, más que la incidencia anual de nuevos casos de cáncer. La mayoría de las muertes por sepsis pueden prevenirse y pueden reducirse en un 50% con medidas apropiadas.
Solo en los EE. UU., la sepsis causa o contribuye al 35% de todas las muertes en los hospitales y es la causa principal de los costes hospitalarios anuales, en más de 24 mil millones de dólares por año. La Alianza Mundial contra la Sepsis y todos los miembros que forman parte de esta organización insistimos en que las autoridades sanitarias y la OMS destinen más recursos a los estados miembros para que luchen contra la sepsis. La sepsis, a pesar de su elevadísima tasa de mortalidad, resulta casi desconocida y poco comprendida por la sociedad.
Fuente: www.sepsis-one.org
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