Citomegalovirus

El Citomegalovirus (CMV) pertenece a la familia de los virus que causan el herpes. Está relacionado con los virus que causan varicela y mononucleosis. Está ampliamente extendido en toda la población si bien raramente ocasiona síntomas. Se considera que entre un 50% y un 85% de la poblacion ha sido infectada con CMV. Muchas personas se infectan siendo niños o adultos jóvenes y no experimentan síntomas significativos o problemas de salud.

Al igual que otros virus que causan el herpes, el Citomegalovirus permanece latente en tu cuerpo después de la infección inicial, pero se puede reactivar si el sistema inmunitario está debilitado, y provocar lo que se conoce como Citomegalovirosis recurrente.

La infección con el virus, puede ser seria en el caso de los bebés y las personas inmunodeprimidas.

 

¿Cómo se transmite?

El Citomegalovirus se puede transmitir a través del contacto directo con fluidos del organismo de una persona infectada tales como saliva, orina, heces, semen, secreciones vaginales, sangre, lágrimas y leche materna.

Durante el embarazo, se puede transmitir el virus a través de la placenta. O cuando el bebé está en contacto con fluidos infectados durante el parto o, más tarde, a través de leche materna infectada.

La mayoría de los bebés que contraen el Citomegalovirus durante el parto o a través de la lactancia (especialmente los bebés nacidos a término) presentan pocos síntomas o ninguno. Por esto, las madres infectadas pueden tener un parto vaginal y, en la mayoría de los casos, amamantar a sus bebés.

 

¿Qué es lo que se analiza?

La evaluación de la infección por CMV puede realizarse ya sea mediante la detección de anticuerpos CMV ya sea mediante la detección del propio virus. En la fase activa de la infección el virus puede identificarse con un cultivo de CMV o detectando el material genético del CMV (su ADN) en una muestra de líquido o tejido del organismo.

Durante la infección activa, el CMV se encuentra en muchos fluidos, incluyendo saliva, orina, sangre, leche materna, semen, secreciones cervicales y líquido cefalorraquídeo (LCR). Se transmite fácilmente mediante contacto íntimo con personas infectadas o por contacto con objetos infectados como pañales o juguetes.

 

El CMV principalmente puede causar problemas en tres grupos de personas:

En adultos jóvenes, la infección primaria por CMV puede causar síntomas similares a los de la gripe o a los de la mononucleosis, provocando síntomas como fatiga extrema, fiebre, escalofríos, dolor en el cuerpo o dolor de cabeza, que suelen resolverse en pocas semanas.

En bebés, la infección primaria puede provocar graves problemas físicos y del desarrollo. Esto sucede cuando una mujer sufre la primera infección por CMV durante el embarazo, transmitiéndose la infección por paso del virus a través de la barrera placentaria e infectando así al feto. La mayor parte de recién nacidos (cerca del 90%) infectados parecen perfectamente normales en el momento del nacimiento pero empiezan a presentar problemas al cabo de unos meses tales como problemas de la vista o del oído, neumonía, convulsiones y/o retraso en el aprendizaje. Algunos bebés pueden nacer muertos, mientras que otros pueden presentar ictericia, anemia, aumento del tamaño del bazo o del hígado y una cabeza pequeña.

En personas con debilitamiento del sistema inmune, la infección por CMV puede ser una enfermedad grave e incluso causar la muerte. En esta categoría se incluyen personas con infección por VIH o con SIDA, personas que han sufrido un transplante de algún órgano o de médula ósea y personas con cáncer en tratamiento con quimioterapia. Cuando una persona inmunocomprometida contrae el virus por primera vez, puede experimentar síntomas graves y la infección por CMV puede permanecer activa. Las personas que han estado expuestas al CMV previamente pueden padecer reactivaciones de la infección y así se pueden afectar los ojos (causando una inflamación de la retina que puede llevar a ceguera), el tracto gastrointestinal (provocando diarreas sanguinolentas y dolor abdominal), los pulmones (provocando neumonía con tos no productiva y dificultad para respirar) y el cerebro (causando encefalitis). También pueden verse afectados el hígado y el bazo y en individuos trasplantados pueden aparecer problemas de rechazo del órgano. La infección activa por CMV produce una depresión adicional del sistema inmunitario, lo que permite la aparición de infecciones secundarias como infecciones por hongos.

 

¿Cuándo se solicita?

La prueba del citomegalovirus se utiliza para determinar si una persona con signos y síntomas presenta una infección activa ó para saber si una persona tuvo anteriormente una infección por el virus. Suele solicitarse juntamente con otras pruebas como la del virus de la gripe (influenza), mononucleosis y EBV (virus Epstein-Barr) cuando personas jóvenes, mujeres embarazadas o personas inmunodeprimidas presentan síntomas similares a los de la gripe o a los de la mononucleosis.

La detección de anticuerpos se realiza en sangre y puede utilizarse para saber si una persona estuvo o ha estado expuesta recientemente al virus. Existen dos tipos de anticuerpos producidos en respuesta a una infección por CMV, de tipo IgM y de tipo IgG, ambos detectables en sangre.

Los de tipo IgM son los que el organismo produce primero en respuesta a la infección. Se detectan en la mayor parte de las personas una semana o dos después de la exposición al virus. La producción de IgM aumenta durante un corto período de tiempo y después va disminuyendo. Normalmente, después de pocos meses la concentración de anticuerpos IgM del CMV cae por debajo de los valores detectables. Si la infección latente se reactiva en algún momento, se vuelve a producir más anticuerpos de tipo IgM.

Los anticuerpos IgG se producen varias semanas después de la infección inicial por CMV para proporcionar protección a largo plazo. Los anticuerpos IgG aumentan durante la infección activa y posteriormente se estabilizan a medida que la infección se resuelve y el virus se vuelve inactivo. Una vez se ha estado expuesto al CMV, siempre queda cierta cantidad de anticuerpos CMV de tipo IgG detectable en sangre. La detección de anticuerpos IgG puede utilizarse juntamente con la detección de IgM para confirmar la presencia de infección reciente o antigua.

Fuente: Lab Tests Online

 

La determinación de anticuerpos anti CMV IgM e IgG se encuentran entre las prestaciones brindadas por Laboratorio LES.
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